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Memoria histórica: visita guiada a las excavaciones del cementerio de La Salud

Exhumaciones de fosas comunes en Córdoba: visita guiada a las excavaciones del cementerio de La Salud (diariocordoba.com)

Fracturas por bala, tiros de gracia, la posición de los cuerpos e incluso las manos atadas en uno de los cuerpos son algunas de las evidencias que hacen confirmar a los responsables de la Sociedad Aranzadi, encargada de las exhumaciones de la fosa en el Cementerio de la Salud en Córdoba, Carmen Jiménez y Luis Tovar, que los cuerpos hallados son represaliados del franquismo. La cifra de represaliados en Córdoba es de 2.500 personas, según la documentación consultada por los arqueólogos.

Un grupo de la Universidad de Córdoba formado por estudiantes de último curso de diferentes grados, miembros investigadores de historia contemporánea y profesores como Paco Acosta, María José Ramos y Antonio Barragán, han asistido hoy a una visita guiada organizada por los responsables Jiménez y Tovar, en las excavaciones de la fosa.

«Tenemos la zona del delito aquí abierta. Sabemos que son represaliados del franquismo porque la mayoría son enterramientos colectivos sin ataúd», manifiesta Jiménez. «Hay evidencias de pruebas de violencia y ensañamiento en casi todos los individuos», destaca Tovar.

«Entre todos los cuerpos, encontramos a una persona que suponemos que tenía un nivel adquisitivo alto, ya que lleva con él una pluma estilográfica, un cinturón y unos gemelos, al que le arrojaron un bolo de caliza en la cara para evitar que se conozca su identidad«, declara Tovar. Además, el arqueólogo aclara que «no es una fosa como comúnmente conocemos. Se trata de una superficie donde se va amontonando gente y tapando con tierra, por lo que trabajamos en varias capas».

Las excavaciones para analizar a estas víctimas del franquismo en la localidad de Córdoba se están realizando en el cuadro Virgen de los Dolores del cementerio de la Salud, situado junto al cuadro de Santa Bárbara. A pesar de diferenciarse como dos cuadros actualmente, según documentación consultada por los arqueólogos responsables, en el año 1936 se trataba de uno solo.

«Lo que nos trae a intervenir a esta zona es un vacío documental. Nosotros veíamos que entre 1936 y 1937 documentalmente no tenemos nada. Sin embargo, querían ampliar el perímetro del cementerio en el año 1937 por falta de espacio. Veíamos que aquí había algo raro», explica Jiménez. «Fuimos cavando y tras levantar las sepulturas individuales que se encontraban en la superficie superior, y por supuesto dándole un tratamiento arqueológico, vimos que debajo empezaban a aparecer los primeros individuos enterrados de forma violenta. Estos individuos eran los represaliados del terrible verano y otoño del 36 en la ciudad de Córdoba«, confiesa Jiménez.

El perfil de desaparecido en la Guerra Civil.

Por ello es importante destacar el perfil de persona desaparecida durante la Guerra Civil y el franquismo frente a aquellos ejecutados tras su etapa en la cárcel. «Los desaparecidos documentalmente no dejan rastro, los guardias civiles e incluso la Falange se los llevaban de sus propias casas o los arrestaban por la calle, pero estos no pasaban por una etapa en la cárcel, los fusilaban directamente. Por eso en los restos hallados vemos que llevan consigo objetos personales. Nosotros hasta que no se realice la intervención a gran escala no vamos a saber nunca cuántas personas hay aquí enterradas», declara Jiménez. Sin embargo, «cuando hablamos de otra tipología represiva como pueden ser la condena de los militares, las ejecuciones están documentadas con sus diligencias de enterramiento correspondientes», añade Jiménez. Esto hace, según los responsables del proyecto, que a nivel arqueológico sea mucho más fácil de localizar los cuerpos. «Es más fácil seguir el rastro documental, sabemos que en teoría van a estar localizados en una fosa común determinada según las diligencias de enterramiento», destaca Jiménez.

«Lo que estamos haciendo es preparar la documentación para ubicar bien la fosa, determinar la cantidad de personas que pueden estar aquí y así ver cuánto hay que excavar. Se estima que habrá entre 400 y 500 personas. Necesitamos establecer un presupuesto real: cuánta gente hay y a cuánta profundidad», detalla Tovar.

Identificación de los represaliados.

Miles de familias tras la Guerra Civil, y prolongándose en el tiempo durante los años de posguerra y hasta la actualidad, mantenían la esperanza de localizar a sus familiares que, de un día para otro, desaparecieron. Para ello, el proceso de identificación de estas personas se lleva a cabo a través de un proceso científico con la muestra de los huesos tras las exhumación de los cuerpos. Estas muestras se analizan en el Departamento de Genética de la Universidad de Granada, como un banco de ADN. «El proceso de identificación para los represaliados está dividido en distintas partes: en primer lugar, se exhuma al individuo; después, se toma una muestra de los huesos y, por último, se manda al departamento de Genética de la Universidad de Granada», explica Jiménez.

Además, según Jiménez, «en 2019 se hizo una toma de ADN para familiares. En ese momento se entregaron 150 muestras más las que se han ido entregando posteriormente, por lo que ese procedimiento sigue existiendo», pero la muerte de los familiares de los represaliados, al tratarse de un acontecimiento de más de 80 años, «hace que cada vez se convierta en un proceso de identificación más complejo», expresa Jiménez.

Renovación de las excavaciones.

El proyecto cuyo principal objetivo es encontrar a los represaliados del franquismo en la ciudad de Córdoba ha sido financiado a través de unas ayudas de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), dotadas de 18.000 euros. Tras un mes de actuación, «debido a la necesidad de seguir exhumando a los cuerpos y la falta de tiempo, hemos podido renovar el contrato tres semanas más con otro proyecto gracias a la ayuda del Ayuntamiento a través de Cecosam», expresa Jiménez.